Guía de compra de cloradores salinos

Volumen de agua y producción de cloro. La capacidad de agua de la piscina es uno de los factores más importantes a tener en cuenta al elegir un clorador salino. La capacidad se refiere al volumen total de agua de la piscina, y es importante elegir un clorador salino que tenga la capacidad adecuada para tratar todo el volumen de agua de la piscina de manera efectiva. Los cloradores salinos están disponibles en diferentes tamaños y capacidades de producción de cloro. La capacidad se suele expresar en gramos por hora (g/h), y la capacidad requerida dependerá del tamaño de la piscina y del uso que se le dé. Por ejemplo, una piscina pequeña de 50 m³ puede requerir un clorador salino con una capacidad de producción de cloro de 12 g/h, mientras que una piscina grande de 100 m³ puede requerir un clorador salino con una capacidad de producción de cloro de 25 g/h. Sobredimensionar la potencia del clorador salino puede ser beneficioso para no forzar el equipo, no tener que ampliar el tiempo de filtración necesario para desinfectar el agua y alargar la vida útil del equipo.

Tipo de piscina (residencial o pública). Al elegir la potencia del clorador salino, es importante considerar si la piscina es privada o pública. En este sentido, el número de bañistas es un factor relevante ya que, en piscinas públicas o comerciales, suele ser significativamente mayor, lo que implica la necesidad de una mayor capacidad de producción de cloro.

Zona climática. La cantidad de cloro producido por el clorador está directamente relacionada con la temperatura. En consecuencia, en zonas más cálidas es esencial que el clorador tenga una potencia adecuada y opere durante las horas de mayor exposición solar y cuando la temperatura del agua aumente debido al clima o al uso de cubiertas de verano.

Control de los niveles de cloro y pH. En función del modelo de clorador, se limitará a producir cloro mientras la filtración de la piscina esté en marcha, o dispondrá de un sensor para determinar el nivel de cloro y producir según sea o no necesario (sensor de ORP o Redox). Del mismo modo, el clorador podrá incluir una sonda de pH y una bomba dosificadora de minorador (que puede estar o no estar integrada) para regular el nivel de pH de la piscina. Es importante tener en cuenta que la cloración salina incrementa el pH del agua y es recomendable automatizar su control para garantizar un tratamiento correcto del agua.

Durabilidad. La durabilidad es un factor importante a considerar, ya que un clorador salino de marcas poco fiables o de mala calidad puede fallar fácilmente y ser costoso de reemplazar. Déjate aconsejar por Poolaria para que te ayudemos a elegir un modelo con electrodos de calidad y que esté respaldado por una buena garantía.

¿Me puedo bañar con el clorador salino en marcha? Es seguro bañarse mientras el clorador está funcionando. De hecho, se recomienda programar el clorador para que funcione durante las horas de mayor calor y uso de la piscina, ya que es cuando más necesario es el cloro para desinfectar el agua. Si el clorador no se enciende para producir cloro y el agua se calienta, se puede convertir en un caldo de cultivo perfecto para bacterias y algas.

¿Necesito añadir sal a mi piscina con un clorador salino? Sí, necesitas agregar sal a tu piscina para que el clorador salino funcione. La cantidad de sal dependerá de las especificaciones del equipo. La sal solo debe añadirse una vez, y solo será necesario reponer cuando se aporte agua nueva a la piscina. La mayoría de equipos cuentan con una alarma de falta de sal que avisa al usuario en estos casos.

¿Es como bañarse en agua de mar? En general, el agua del mar contiene una concentración de 35 a 45 gramos por litro. Cuando se añade sal a una piscina mediante un sistema de cloración salina, la concentración resultante es de 5 a 7 gramos por litro, por lo que solo se nota ligeramente salada.

¿Cuánto dura la célula de un clorador salino? La duración de la célula de un clorador salino varía dependiendo de varios factores, como la marca y modelo del clorador, la calidad del agua de la piscina, la frecuencia de uso y los niveles de sal en el agua. En general, se espera que una célula de clorador salino dure entre 3 y 6 años.